Con respecto al comentario que hizo Fabi a cerca de la lectura "Atenas: una nueva experiencia política", que publicó en el google group, también me gustaría compartir mi punto de vista sobre la cuestión de la democracia y el asunto de querer educar a la gente por medio de las obras de teatro, convirtiéndose así, en una experiencia cívica.
Creo que la política es tema de mucho interés en muchas obras tanto literarias como dramáticas, y considero de vital importancia estos asuntos que conciernen a la sociedad entera. Ayer, por ejemplo, en clase del maestro Monroy, tocábamos en un punto éste tema y es que las generaciones son cada vez más ajenas precisamente a este ámbito político y se muestra una mayor apatía al respecto con el paso de los años. Puede haber cientos de razones por las cuales está ocurriendo este fenómeno pero lo cierto es que también puede haber muchas posibles soluciones para que esta situación no llegue a extremos lamentables si es que vivimos en un país supuestamente democrático.
Lo que plantean los griegos con el teatro de su época lo considero universal porque, aunque vivimos en un tiempo y lugar totalmente diferentes y ajenos a los de ellos, son situaciones que actualmente se viven no nada más en nuestro país, si no prácticamente en todo el mundo.
Esto convierte al teatro como experiencia cívica en una forma de involucrarnos e informarnos de todos los acontecimientos que nos afectan de una u otra manera, influyendo en las decisiones que como sociedad democrática, se deben de tomar y así elegir de la mejor manera a los representantes encargados del gobierno, ya que nuestra democracia es representativa y no directa.
Estado de secreto y El Atentado son dos de las obras que vi recientemente con ésta temática y que realmente me pusieron a reflexionar sobre la situación actual de mi país, que están sucediendo cosas que de alguna manera me afectan como ciudadana y que la mayoría de la gente se hace de la vista gorda ante ésta situación para evitarse problemas o conflictos. Antes yo también era una total desentendida de la política, pero ahora con esta visión que el teatro me ofrece, me impulsa a querer seguir el ejemplo de los griegos, convirtiendo lo que hago y me gusta hacer que es el arte, en mi propia experiencia cívica con la pequeña esperanza de poder transmitirlo a otras personas.